Llamé a una de mis mejores amigas que vive en Caracas y a penas me contestó empecé a vomitarle todos mis problemas, los cuales todos se originaban en mi vida de inmigrante- los sacrificios que he tenido que hacer para poder quedarme en EEUU, los años que llevo sin poder ver a mi familia, el vacío que deja vivir alejado de tu tierra y tus seres queridos, entre otros.
Luego de aconsejarme, mi amiga procedió a desahogarse de sus problemas, los cuales todos se originaban en vivir en Caracas- No poder buscarse su propio apartamento a pesar de ser exitosa en su trabajo, el miedo que significa vivir en Caracas y quedarse sola en casa a veces cuando la familia viaja, la falta de alimentos y productos básicos, la imposibilidad de empezar una vida en pareja con su novio por la incertidumbre del país y el costo de vida, entre otros.
Esta conversación lleva dando vueltas en mi cabeza ya varias semanas. ¿Cómo un venezolano hoy en día puede experimentar la felicidad plena cuando o estás separado de tu tierra y seres queridos o estás viviendo en uno de los países más pobres e inseguros del planeta?
Me he dado cuenta como mi personalidad ha cambiado en mi vida como inmigrante. Me he convertido en una persona más seria y reflexiva; muchas veces incapaz de esconder ese vacío e infelicidad que viven conmigo en mi cara y expresiones. No importa que tan genial sea un momento en mi vida presente, siempre siento ese vacío, esa parte de mí que hoy prácticamente no existe. Me pregunto cuántos venezolanos que hoy viven lejos se sienten igual que yo; me atrevo a decir que la mayoría, porque si algo tiene el venezolano es ese sentimiento muy característico de nosotros de pertenencia y orgullo de nuestra gente y patria.
No puedo hablar mucho de los sentimientos de aquellos venezolanos que no pueden irse o decidieron quedarse, porque no es mi caso, pero me atrevo a decir que se pueden resumir en impotencia, rabia, miedo, tristeza, cansancio, hambre, entre otros.
Hay dos tipos de venezolanos; aquellos muriéndose de hambre y apostando su vida cada vez que salen a la calle o aquellos que el resto de su vida estará acompañada de sacrificios y un vacío en el alma.